Tarot de la Luz

miércoles, 24 de mayo de 2017

Crónicas Chuchetas Espirituales 12: El guerrillero de Facebook.

Este será un post de desahogo, les aviso de una. Porque a pesar que trabajo en integrar mi sombra, medito y todas esas cosas "espirituales", igual hay situaciones que me molestan, por el transfondo que muestran.

Ya van a cachar a qué me refiero.

Llamo "Guerrilleros de Facebook" (o cualquier red social) a esas personas que copian y pegan esos posteos acerca del suicidio (mi puerta siempre estará abierta..) o eso de andar con un abrigo en el auto para pasárselo a algún viejito que viva en la calle, o algunas cadenas que te mandan por interno de poner un corazón o palabras en contra del cáncer, Síndrome de Down y otros afines.

No me malinterpreten (o guea de ustedes lo que entienden, si al final cada uno escucha según su herida). Conozco personas que hacen efectivamente muchas cosas a favor de todas las causas que nombré; que junto con publicarlo en el Facebook, lo hacen como parte de su vida.

Y a eso voy. Porque ¿de qué chucha te sirve publicar gueas amorosas si con cuea saludai al conserje de tu edificio o de tu pega? ¿Qué sacai con decir que las mujeres debemos ser hermanas si andai hablando mal de tus conocidas? Y podí tener lleno tu auto de abrigos viejos pa los tatas que viven en la calle, pero cuando ves a un mendigo no eres capaz de darle $100 pesos porque crees que es un flojo qlio.

Me pasa que me molesta porque para mí es una gran verdad que el cambio comienza en uno, y después chorrea pa los demás. No saco nada con publicar en el Facebook sobre el amor, la bondad, qué ganas de estar en una plaza, de cómo criar niños felices, que respeto a la diversidad, suma y sigue, sino lo soy y, pa peor, ando reclamando y puteando porque el otro no lo es, o no lo hace.

Al final, en todo caso, cada uno postea la guea que quiere en su Facebook o red social. Y yo seguiré reclamando y viendo a personas que siguen buscando fuera, lo que está adentro.



miércoles, 17 de mayo de 2017

Crónicas Chuchetas Espirituales 11: Otra cosa es con guitarra.

Este famoso refrán se lo decía el abuelito de mi hombrón, cada vez que en su adolescencia reclama o daba alguna opinión: "Mijito, otra cosa es con guitarra."

Una con los años se avispa y se da cuenta que la otra frase, "por la boca muere el pez", también es terriblemente verdadera.

Por eso me gusta unir las dos.

En mi consulta de Tarot me toca recibir mucha gente con el ego adolorido, porque les quedó la cagá en la vida por hacer cosas que antes criticaron de otros. Por ejemplo cuando recién son mamás, o cuando andan como guata de callo detrás de un loco (quien no), cuando recién viven  un duelo, cuando abren los ojos y se dan cuenta que no eran unos pocos copetes, sino que hay un problema de adicción, entre tantos otros ejemplos.

Es que es refácil llegar y opinar, ¿onofre? Es tan fácil llegar y decir que la mina es tonta, que ella se lo buscó. O que el curao que está en la calle no tiene fuerza de voluntad y que por eso es así, válido para los obesos o anoréxicos. O que no veo a esa persona triste, si se le acaba de morir la mamá/abuelita/papá/pareja/hijo, asi que  no debe estar sufriendo tanto.

Puta que fácil. Y qué irresponsable.

Como dice un meme que leí por ahí, el Karma es una perra sólo si tú lo eres. (En inglés: Karma's only a bitch if you are).

Porque pasa que después te pasa, y hasta ahí quedaste. Vives tu primer duelo, vives tu primer desamor, te vai a  la cresta con la ansiedad y engordas, o te pones bueno para tomar, y te acuerdas de cómo hablabas mal de otro, siendo que ahora estás haciendo exactamente lo mismo.Y entiendes eso de "otra cosa es con guitarra".

Seamos sinceros, hablar puras gueas y pelar al otro todo el día es puro gastar energía en la vida y tirar malas vibras porque sí. Porque lo que yo digo del otro habla de mí, de mi corazón, de lo que tengo en mi interior.

Abracemos el silencio, no opinemos sin saber, dejemos de juzgar a terceros. La dura que ayuda muchísimo en la paz mundial, onda Miss Universe.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Crónicas Chuchetas Espirituales 10: Pasarle tu poder a otro.

A veces recibo clientas que tienen una Tarotista de cabecera, a quienes le preguntan todo, o cuando les asalta una duda, les consultan que onda.

También he recibido clientas adictas al Tarot, esas que se lo leen todas las semanas con distintas Tarotistas, buscando no se que cosa.

Y obvio, llegan también esas que han ido a alguna loca que trabaja con el lado de la maldá y hacen trabajos y gueas con magia negra, onda pa que el loco se de cuenta que tú eres la mujer de su vida o tus enemigos vuelvan de rodillas a tus pies, que se yo.

En todas estas situaciones, les explico que lo único que una logra es entregarle tu poder personal a otra persona.

Tengo como política de la empresa, por decirlo así, no aceptar clientas adictas, ni tampoco contesto preguntas, fuera de la sesión. Lo de la adicción al Tarot ya lo expliqué, y eso de contestar preguntas no me gusta porque las cosas siempre son un todo; detrás de una pregunta siempre hay otro asunto que resolver y que requiere tiempo: trabajar la paciencia, la ansiedad, bajar las expectativas, aceptar las cosas como son, entre varias otras.

Todo tiene que ver con que defino mi Tarot como Espiritual, en esa volá. Es decir, para sanar. No soy adivina, no soy un gurú, no creo que si un loco vuelve tu vida será la raja o si a la persona que odias le va mal tu vida será lo máximo.

El Tarot es un maravilloso libro de autodescubriemiento, que te muestra la verdad, cosa que duele y que enoja, muchas veces. Te muestra las heridas que no has sanado, tus inseguridades, y también las cosas la raja que todos tenemos.

Por eso es muy importante no caer en esa trampa de creer que necesito un gurú, un Tarotista de cabecera, a alguien a quien preguntarle qué chucha hago cuando no tengo idea que chucha  hacer. Muchas veces lo único que queda hacer es nada, esperar que el tiempo pase, que todo se asiente, respirar y respirar.

El verdadero gurú o maestro es aquel que te deja libre, para que una se arriesgue y aprenda solita a usar lo que ya sabe. Todo lo demás, para mí, no vale.