Tarot de la Luz

miércoles, 5 de abril de 2017

Crónicas Chuchetas Espirituales 5: El Lollapalooza.

El hastag que podría representar a mi hombrón sería #novivosinlamusica, porque el loco va a cuanto recital puede. De hecho le digo que le falta puro ir al del Pollo Fuentes o al de Pablito Ruíz.

Entonces, compra con cualquier anticipación las entrada del Lollapalooza, sin saber siquiera quien chucha viene.

A mi me gusta la música, pero no soy fanática de nadie en la actualidad y escucho harto mantra en el día, gracias a Spotify y a mi vida espiritual (puede leer lo último en tono irónico).

Las tres veces que he ido, nos vamos directo al Kidzapalooza. Mi hija ama el gueveo y sentirse en libertad, y lo pasa chancho. Además que el recinto está hecho para los niños, es todo mágico, pueden hacer un montón de actividades, no se puede fumar y vimos 31 minutos hace como tres años atrás. Es la raja para los niños, en serio.

A mi me gusta el ambiente general del Lollapalooza. Sí, es un festival comercial. Sí, es caro y son barsas con el asunto de las comidas y los bebestibles. Y sí, va harto de cartón, o como decíamos en mi juventud, poser.

Este año ya no había tanta corona de flores en el pelo, por ejemplo. Harto short de jeans en las lolitas, como diría mi mamá. Harto sombrero negro de ala ancha, harto poser la verdad

Puta, a mi no me molestan. Nada de nada. Creo que si existe gente que va porque es moda y se arregla, bacán poh. Si hay gente que va por la música de verdad y además lo pasa la raja, más bacán aun. Si de eso se trata la vida, onofre? Hacer lo que creo que me hace feliz. Y todas algunas vez fuimos adolescentes uniformadas con las amigas o amigos.

Lo que me gusta de ir a recitales en general, es el ambiente que se genera con los fanáticos de verdad, esos que cantan todas las canciones y se emocionan de escucharlas en vivo. Puta que me gusta esa energía, porque la gente se libera y se deja llevar por esa sensación, en libertad. Y como seré de buena mujer que vi a Metallica, con puros fanáticos, y los locos tocaron como dos horas y no se iban renunca porque son enteros sencillos y daban las gracias al público, pero yo me quería puro venir a acostar porque puta que me dolían las patas.Y no me gusta Metallica, merezco un altar loco. 

El domingo amanecí cansada, pero llevamos chalcito y nos tiramos en el pasto bajo los árboles, mientras nuestra hija jugaba con los niños que puro pelusean. Vi a Duran Duran (que tocaron temprano) y a las 21 hrs estaba acostada, lista para dormir. Mi hombrón se quedó hasta el último porque #novivosinlamusica y yo nicagando, me pongo idiota y nadie me gusta tanto como para estar mil horas parada esperando, no gracias. 

Fue un gran finde, distinto, mi hija esperando el próximo Lollapalooza, mi hombrón cansado a cagarse (como siempre le pasa pero ya saben #novivosinlamusica) y yo me resfrié, esa onda con los 44 años de edad. 

Me gusta la alegría que se vive, la buena onda, la emoción de los fanáticos, los poser que igual terminan escuchando y aprendiendo de nuevas o antiguas bandas, de ese Santiago tan tonto grave a veces, que se pone feliz y se desordena un poco.

De todas maneras prefiero ir donde hay asientitos. Porque puta que  me canso tanto de pie y puta que me pongo apestosa cansada. Cosas que pasan con la edad, supongo.

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